Me senté y respire la tarde un segundo, y luego esperé, y pasaron las horas y los minutos de forma atrabancada, pasaron las personas y sus historias de una forma un poco más lenta y uno por uno, como desfile de estrellas en el universo.
Paso la vida y jo le extrañe tanto como al principio, pues ahora no ibas a llegar con tu infinito de personalidades a robarme para llevarnos al jardín, no, esta vez eso no iba a pasar.
Pero seguí esperándote, toda nuestra historia se reducía a aquel sitio, donde te conocí, donde nos enojamos, donde nos amamos y hasta donde nos besamos. Te esperé y te esperé, no llegaste a ese encuentro que no planeamos.
Después de todo cómo ibas tú a saber que yo te había citado ahí, claro te lo conté en sueños, pero ese era el problema, últimamente ya no soñábamos lo mismo a pesar de que dormíamos al mismo tiempo.
Cómo ibas tú a saber que yo te esperaba, justo como he hecho toda mi vida...

No hay comentarios:
Publicar un comentario