18 agosto 2012

Éste que se va

Este segundo en el instante es mio, es tiempo de dejarme ser quién no me he permitido ser. Esta noche, amor mío, quiero presentarme tal cual soy, tal cual el universo me forjó, con mis múltiples defectos, y con mis racimos de virtudes, mi maleta llena de reproches pero sobre todo, mi corazón lleno de cicatrices.
Soy un tipo cualquiera que sueña más que el promedio, en su mayoría despierto, un sujeto que jamás se peina y adora los lentes redondos. Un individuo que goza de utilizar camisas a cuadros, sin importar cuán pueblerino pueda parecer, un chico con una sonrisa escondida y siempre una mancha de pintura en algún sitio, alguien eternamente enamorado de la noche y su musa la Luna. Un niño que juega con los botones de la camisa de su propia musa que llama Lola, éste soy yo. Y ésa eres tú, Lola, mi hermosa musa, la mujer de mis sueños imposiblemente alcanzables.
Sé que hay muchas cosas que no sabías de mí, pero también sé que esa misma cantidad, son las cosas que espero algún día descubrir de mí. Esta noche simplemente quiero enjugar mis recuerdos viejos, los recuerdos echados a perder, claro que sucede que los recuerdos caducan, llega un momento en que, pasan demasiado tiempo almacenados en la parte trasera de nuestro corazón, y pues bueno, cuando esto sucede empiezan a apestar, empezamos a echarnos a perder también.
Así que, antes de que esto suceda quiero mejor hacer limpieza, dejar ir tantos nombres que, te confieso Lola mía, siempre quise que reemplazaran el tuyo. Me deshago de las blusas que jamás desabotoné, los amaneceres que me perdí, pero sobre todo, me quiero deshacer de aquello que para nada sirve...Me deshago de los problemas que ocasioné, que ocasionaron, que nos separaron...
Siguiendo con la limpieza, me encantaría decir que donaré parte de mi colección de canciones dedicadas para los océanos en el mundo, para regresar así también cada amor de verano que abandoné en las orillas. Y por último deshecho las cartas de amor que tenían mi dirección, y aquellas que jamás envié las regreso al Sol, para que cada letra de miedosa pasión en ellas queme mi crónica inseguridad.
Habiendo sacado todo esto, creo que me queda por decir que, ahora, soy más parecido al ser de quién te enamoraste tú Lola, estoy consciente de que no podré ser en su totalidad aquel maniaco otra vez. Pero si te puedo prometer algo como certero sería que siempre te amaré, ahora con más espacio en mi corazón, con el entusiasmo de un adolescente tal vez, pero con la verdad de un anciano...